Francisco lideró en la basílica de San Pedro la ceremonia de canonización de María Antonia de San José de Paz y Figueroa, conocida como «Mama Antula», destacando en su discurso el relato bíblico de Jesús sanando a un leproso, que simboliza a los excluidos contemporáneos.
El Papa advirtió sobre la persistencia de la marginación en la actualidad y llamó a la compasión y al rechazo de la intolerancia y el egoísmo que enferman el alma. Reconoció el trabajo social y religioso de «Mama Antula» en el siglo XVIII en Argentina.
El encuentro entre el Papa y el político ultraderechista, que previamente había lanzado críticas, generó expectación. Sin embargo, tras la llegada del político al poder, se esperaba un diálogo constructivo, evidenciado por su expresión de voluntad de tener un encuentro fructífero.
A pesar de las diferencias pasadas, se espera un breve encuentro protocolario antes de una audiencia privada entre ambos, donde se discutirán temas como un posible viaje papal a Argentina.
Aunque físicamente en Roma, la mente del político argentino está en su país, especialmente tras un revés legislativo reciente relacionado con su proyecto económico.